Jaques Diouf, director de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), habló este jueves en Estambul sobre las inversiones extranjeras en los países en desarrollo. Dijo de estas que pueden suponer una contribución real al desarrollo aunque también convertirse en una fuente de conflicto, a menos que se implementen de forma equitativa.
El máximo responsable de la FAO participó ayer en la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Desarrollados, que se celebra en Estambul desde el pasado día 9 de mayo y que finaliza hoy.
Jacques Diouf habló durante su participación sobre las inversiones extranjeras en los países en vías de desarrollo, de las que destacó aspectos totalmente divergentes. El Director General de la FAO señaló la palabra adecuada para balancear esta dicotomía: "contratos equilibrados".
Diouf declaró que las inversiones extranjeras sostenibles en los países menos desarrollados deberían suponer una contribución real a su crecimiento, a través de la transferencia de tecnología, la creación de empleo y los ingresos añadidos. Pero también alertaba que estas inversiones podrían convertirse en una fuente de conflicto y que no serían sostenibles a menos que se implementen de forma equitativa. De forma específica estas inversiones deberían tener en cuenta "los derechos de los participantes locales y los problemas de la seguridad alimentaria y del desarrollo rural a nivel nacional".
""Para que estas inversiones sean sostenibles a nivel social, económico y político, deberían basarse en contratos equilibrados y asociaciones que salvaguarden los intereses de todas las partes implicadas", añadía Diouf, quien además aseguró que "las prioridades para invertir deberían establecerse en el marco de una estrategia de asociación clara y coherente para lograr un equilibrio entre capital, oportunidades y necesidades".
Como cualquier contrato comercial, las inversiones extranjeras en los países en vías de desarrollo deben producirse entre iguales y deben aportar beneficios a todas las partes, de forma equilibrada. Y este contrato se producirá si, por supuesto, a todos les interesa. En resumidas cuentas es lo que dice la FAO.
Unas inversiones extranjeras sostenibles y basadas en contratos equilibrados que, según la propia FAO, deberán incrementarse en un 50% sobre el nivel actual "para poder alimentar una población mundial que se espera alcance nueve mil millones de personas en 2050".
Adquisiciones "responsables"
Adquisiciones "responsables"
Promovido por el Banco Mundial, y junto a la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), se está preparando un borrador de principios para las inversiones responsables en agricultura , con el nombre de Principios de Inversión Agrícola Responsable que Respeten los Derechos, los Medios de Sustento y los Recursos (RAI, por sus siglas en inglés). Los principios de "inversión agrícola responsable" fueron formulados y promovidos por estas mismas organizaciones en enero de 2010. Comprendiendo siete principios que los inversionistas pueden suscribir voluntariamente al emprender adquisiciones de tierras agrícolas a gran escala.
Los pasados días 19 y 20 de abril, se reunieron en la sede del Banco Mundial en Washington cerca de 200 grandes inversores en tierras de cultivo, junto a funcionarios de gobiernos y de organismos internacionales, para discutir sobre cómo afrontar lo que llaman "adquisiciones responsables" de tierras a gran escala. Un encuentro que tenía lugar con las vista puesta en el proceso de consultas que lleva a cabo la FAO, en el que "todas las partes implicadas están siendo consultadas".
Lucha Campesina
Por su parte, los movimientos sociales y gran número de organizaciones y federaciones agrarias (Vía Campesina, FIAN, Grain, Amigos de la tierra, WFFP, entre otros) se están movilizando para detener estas "adquisiciones responsables" de tierras. Según afirman, los principios de Inversión Agrícola Responsable promovidos por los países desarrollados y especialmente los organismos internacionales antes citados, "son una maniobra para legitimar el acaparamiento de tierras y facilitar y su control a las corporaciones (extranjeras o nacionales) de las tierras agrícolas de los pueblos, lo cual es algo totalmente inaceptable". En abril de 2010 se preparó un manifiesto contra el acaparamiento de tierras, firmado inicialmente por más de 130 organizaciones y redes de todo el mundo, y al que se han ido sumando nuevos apoyos durante este tiempo.
Destaca el caso de Olivier De Schutter, desde 2008 Relator Especial para el Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas, quien llegó a criticar públicamente los principios de RAI diciendo de ellos que son peligrosamente inadecuados: "es lamentable que, en vez de ponernos a la altura del desafío que implica desarrollar la agricultura de modo que sea más sustentable social y ambientalmente, actuemos como si acelerar la destrucción del campesinado global pudiera conseguirse de manera responsable".
Tras las daclaraciones realizadas ayer por la FAO sobre la necesidad de incrementar en un 50% las inversiones extranjeras parece que los partidarios de la "inversión agrícola responsable" han dado un paso más en su camino para regular (y aceptar) la acaparación de tierras en países en vías de desarrollo por parte de grandes inversionistas.
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