"Va a sentir mucho orgullo de estos dos padres, porque eran chicos con una convicción de lucha, pero también estudiantes, trabajadores y profesionales", sostuvo Carlotto sobre la joven hija de desaparecidos identificada ayer a través de un examen de ADN realizado por el Banco Nacional de Datos Genéticos, que había sido ordenado por la justicia federal de Rosario.
Se trata de la hija menor de Cecilia Beatriz Barral, secuestrada el 2 de agosto de 1976 junto a su pareja por un grupo de tareas durante la última dictadura cívico-militar y para las Abuelas, la nieta recuperada 103.
Para Carlotto, la restitución de María, cuyo nombre fue asignado por una familia adoptiva luego de que su madre diera luz en cautiverio, "es un premio ante esta tarea tan ardua que llevamos adelante" los organismos de derechos humanos.
"Su hermana la quiere ver", aseguró la titular de Abuelas en declaraciones a la Televisión Pública, y señaló que "tiene tíos y una abuela".
En tanto, anunció desde la organización que ella preside "vamos a contactarnos para ofrecerles todo lo que necesiten".
Además explicó que "como otros chicos, (María) se negaba (a realizarse los exámenes de ADN), no quería saber, tenía miedo. Todo lo que es desconocido produce rechazo", advirtió.
"El nieto 102 también se negó y ahora es un chico feliz que transita por la casa de las Abuelas como si fuera su casa", subrayó Carlotto, y auguró que "le va a pasar lo mismo a ella (por María).
De todas formas, Carlotto dijo que la nieta recuperada 103 "aceptó sin ningún reparo la extracción de sangre obligatoria" que determinó el juez Martín Bailaque.
"La historia que vivió en el pasado no se le va a borrar, es parte de su vida, y nadie pretende que cambie de forma de vida, de amistades o de afectos, porque eso es ella", explicó.
Y consideró que "las Abuelas de Plaza de Mayo queremos liberarla de la mentira para entregarle la verdad y que camine ese camino de verdad" porque de esta manera "el día que tenga hijos sabrán también de dónde vienen y ella también tendrá muchas respuestas para cosas que sentía".
Se trata de la hija menor de Cecilia Beatriz Barral, secuestrada el 2 de agosto de 1976 junto a su pareja por un grupo de tareas durante la última dictadura cívico-militar y para las Abuelas, la nieta recuperada 103.
Para Carlotto, la restitución de María, cuyo nombre fue asignado por una familia adoptiva luego de que su madre diera luz en cautiverio, "es un premio ante esta tarea tan ardua que llevamos adelante" los organismos de derechos humanos.
"Su hermana la quiere ver", aseguró la titular de Abuelas en declaraciones a la Televisión Pública, y señaló que "tiene tíos y una abuela".
En tanto, anunció desde la organización que ella preside "vamos a contactarnos para ofrecerles todo lo que necesiten".
Además explicó que "como otros chicos, (María) se negaba (a realizarse los exámenes de ADN), no quería saber, tenía miedo. Todo lo que es desconocido produce rechazo", advirtió.
"El nieto 102 también se negó y ahora es un chico feliz que transita por la casa de las Abuelas como si fuera su casa", subrayó Carlotto, y auguró que "le va a pasar lo mismo a ella (por María).
De todas formas, Carlotto dijo que la nieta recuperada 103 "aceptó sin ningún reparo la extracción de sangre obligatoria" que determinó el juez Martín Bailaque.
"La historia que vivió en el pasado no se le va a borrar, es parte de su vida, y nadie pretende que cambie de forma de vida, de amistades o de afectos, porque eso es ella", explicó.
Y consideró que "las Abuelas de Plaza de Mayo queremos liberarla de la mentira para entregarle la verdad y que camine ese camino de verdad" porque de esta manera "el día que tenga hijos sabrán también de dónde vienen y ella también tendrá muchas respuestas para cosas que sentía".
Fuente TELAM
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