Por Jorge P. Colmán(*). Cuando comenzó el escándalo mediático sobre los archivos de wikileaks, varias fueron las hipótesis que se presentaron para interpretar semejante “escape de inteligencia” norteamericano. Pero poco a poco la trama comenzó a mostrar sus verdaderos responsables y wikileaks resulto ser un arma en la maquinaria de guerra del imperio.
En el “escape de inteligencia” los halcones del Pentágono hirieron fuertemente al que fuera la esperanza negra de los EEUU y premio Nobel de la Paz: Barack Husein Obama. Se demostró con este hecho que la política norteamericana era “vulnerable” al ataque de inteligencia y que Obama es un presidente débil. Los guerreristas habían triunfado y por lo tanto el negocio de las armas estaba asegurado. La manipulación mediática jugó un papel importante como fundamento de todo lo anteriormente expuesto.
Wikileaks comenzó a develar sus “secretos” y allí aparecen las segundas grandes víctimas de la operación a escala global. Estos archivos comenzaron a ser utilizados por los medios de prensa corporativos contra todos aquellos gobernantes que son considerados por los EEUU como el “enemigo”. Es así como todos los presidentes del “eje del mal” en todos los continentes fueron fustigados para desgastarlos o someterlos a las decisiones del imperio norteamericano.
La operación es sencilla de interpretar, los archivos van a ser considerados “la verdad” y esta verdad será una acusación para acorralar a los gobiernos “enemigos-eje del mal” en todo el mundo. Los que transportan la información hacia los ciudadanos serán los “medios de comunicación”, que instalaran en forma parcial la desclasificación de los documentos y utilizándolos en diferentes coyunturas de acuerdo a la necesidad de los grupos de poder y la estrategia del Pentágono.
Pero a poco de analizar los “informes secretos” nos damos cuenta de que gran parte de esa información es producto de los propios medios de difusión, lo que constituye en definitiva, en una construcción de “la verdad” apropiada por los grupos de poder locales y enhebrados por las grandes corporaciones internacionales.
El famoso exhorto Suizo que alude supuestamente al Secretario General de la CGT, es en definitiva otra gran operación política producto de las mismas estrategias. Armado sobre informes de prensa se hace una suposición de que Hugo Moyano es dueño de la empresa Covelia. Los informes son una vez más tomados como “la verdad”, como si esa verdad no fuese construida por grupos de poder económicos e intereses políticos. Imaginemos si esta corte internacional tomara como la verdad, la palabra escrita de la clase trabajadora, ¿no tendría que estar dictando exhortos a la justicia norteamericana contra Bush, Ronald Reagan o el mismo Obama?. Si diéramos por cierto los cables de Wikileaks, Moyano sería un patotero, asesino y ladrón, ¿Debemos esperar otro exhorto?.
Pero como en el caso de wikileaks los grupos corporativos y monopólicos de prensa escribieron ríos de tinta, no contra Moyano específicamente, sino contra la clase trabajadora; y en un rulo de la historia vuelve, ya no por la prensa escrita, SINO POR LA “JUSTICIA” INTERNACIONAL como una herramienta de poder para estigmatizar y demonizar a los trabajadores y la clase política. El objetivo es sencillo: enfrentar dentro del mismo movimiento nacional al gobierno con los trabajadores y poner una cuña para debilitarlo. La oposición sigue la agenda del poder y repite como un coro de monaguillos lo que la corporación le dicta.
Mientras tanto en África, luego de turbulentas revoluciones consignadas con nombre de flores (Revolución de los jazmines las llama el imperio), se han decidido a atacar a otro personero del “eje del mal”: Muamar Gadafi. La “revolución” se desarrollo en casi todo el norte de África, pero no casualmente donde intervienen militarmente es en Libia. Su objetivo no es Gadafi, es doblegar a un pueblo que sostuvo una posición contra el poder mundial y su interés económico el petróleo.
Luego de los primeros ataques, autorizados por la desprestigiada ONU, Gadafi denuncia con justicia que las pruebas con que cuenta el organismo son construidas por los “medios de prensa”. Los informes donde se hablaba de fusilamiento de militares que se habían negado a disparar a la población indefensa, se hicieron añicos cuando un periodista publicó en You Tube un video donde muestra que los asesinados que aparecían en las fotos de los diarios a nivel mundial, eran en realidad soldados leales a Gadafi.
Lo cierto en todo esto es que la manipulación de la opinión pública aparece en los tres hechos como algo común, “se vienen días turbulentos” decía Elisa Carrió en tono apocalíptico, creo que es verdad, pero no como lo cuenta la pulposa diputada, sino como forma de operaciones políticas contra los gobiernos populares en toda la región. Estemos alerta, la espada del imperio está entre nosotros.
(*) Profesor del Centro de Estudios Grupo Jauretche
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