martes, 8 de marzo de 2011

Sociología Suramericana: Introducción al método Jauretche


“Mas Dios ha de permitir
Que esto llegue a mejorar-
Pero se ha de recordar
Para hacer bien el trabajo,
Que el fuego pa calentar
Debe ir siempre por abajo”
Martín Fierro, José Hernández
 Por Pablo López Fiorito *
 ¿Qué puede aportar el pensamiento Jauretcheano al bicentenario de la revolución de mayo?
Justo Arturo Jauretche  que es definido por la academia como un para-sociólogo, alguien que hizo ciencia por fuera de la ciencia, alguien de los márgenes que intenta con rudimentos criollisticos explicar la realidad Argentina.
Por suerte la intelligentzia en nuestro país solo ha sido buena, en el mejor de los casos, para describir la derrota de la Argentina como país y en la descripción de la situación paupérrima de las clases subalternas.
No por nada el saber popular llama a los sociólogos cuenta pobres.
El pensamiento de Jauretche permitió expresar las conductas sociales de los distintos grupos sociales (El medio pelo en la sociedad argentina), nadie mejor que él para definir los hilos socioculturales de un país semicolonial ( Los profetas del odio y la yapa), nadie mejor que el para desenmascarar las taras del pensamiento en las que coinciden todas la ideologías (El manual de zonceras argentinas), y nadie mejor que el para definir entre variedades de teorías económicas sobre el país generadas en el post peronismo, cual era el camino a seguir (El Plan Prebisch).
Este texto rescata a Arturo Jauretche y su método, desde la vertiente de la Izquierda Nacional, de la cual el autor se siente heredero.
Parte de la caracterización y evaluación que hace la Izquierda Nacional  sobre este gran maestro de una Argentina burguesa que no fue (ni será). 
¿Qué esta diciendo este autor?
¿Acaso esa conceptualización es necesaria en estos tiempos?
¿Explica algo? ¿O solo nos pone ante una obviedad que se cae de madura?
Pues ahí esta la cuestión, el nudo gordiano de este ensayo, Jauretche intenta pensar la Argentina desde la Argentina, no deducir de un planteo general que involucra a todos los casos, sino partir de la realidad para analizar la realidad.
De buscar por la vía empírica el arraigo necesario en una realidad que se escapa por entre los dedos de toda teoría social venida en los cajones for export, o, en la actualidad, que atiborra la red de redes con información que desborda la capacidad de compresión de cualquier ser humano.
¿Qué lecturas elegir?
¿Que material teórico, literario seleccionar en este maremoto de ideas que amenaza con meternos en un mundo irreflexivo de la cita vía web?
Veremos aquí el aparato epistemológico de Don Arturo (es decir el lugar desde donde mira la realidad) y sus formas explicativas que si son tomadas como dogmas (lo cual sucede en algunos sectores de la intelectualidad nacional) no sirven para comprender, como no servían los materiales teóricos elaborados en “otras tierras” que tanto cuestiona este autor.
No se trata de voltear algunos próceres para colocar otros, sino evaluar cada realidad según su contexto nacional e internacional.
En este sentido marcaremos algunos puntos político- metodológicos que definen el método de una forma general, aprovecharemos para pensarlos en el marco de los nuevos – viejos problemas argentinos que hoy más que nunca necesitan de la reflexión colectiva.
A la forma de Don Arturo, la llamaremos la forma nacional para pensar la Argentina.
CONTRA LA DENIGRACIÓN DE LO PROPIO
No concibe la adjetivación constante sino que pretende analizar la realidad particular, no considerando la realidad como buena o mala comparándola con otros procesos acontecidos en otras sociedades.
Esa adjetivación anti-científica que muchos cientistas sociales por cierto utilizan todo el tiempo.
Aquí no se trata de discutir la neutralidad de la ciencia, ni Don Arturo pretendía la misma, solo quería desadjetivar la explicación de la realidad, porque con ella la comprensión de los procesos argentinos dejaría de ser inteligibles para ser sucesos que había que explicar.
Este proceso es necesario para la construcción de cualquier conocimiento empírico, mirar sin anteojeras.
Es el buen sentido Gramsciano, el que posee  cualquier hijo de vecino: lo de adentro es nuestro y no es ni mejor ni peor que.... sino distinto y necesita de una virginidad mental (como diría Scalabrini) para conocerlo.
Somos tan imperfectos como los otros, por decirlo de algún modo, ni más ni menos que ellos y como todos, podemos realizar un proyecto nacional.
Ernesto Goldar, gran ensayista argentino, muestra algunos ejemplos típicos de adjetivaciones:
El gaucho es violento y  vago  vs. El soldado consciente ingles o francés.
 La política criolla (local) vs. La política científica (europea).
 El aluvión zoológico vs. El proletariado consciente ruso o alemán.
 Este país de mi…. (El nuestro)   vs. Los países desarrollados.
 El populismo latinoamericano  vs. Las democracias parlamentarias.
 Piquetes negros. vs. Piquetes blancos.
Entre otras adjetivaciones, que pretenden la descripción de lo propio, pero que conllevan lo peyorativo y lo comparativo con los países desarrollados.
En eso se separa del “nacionalismo irracional” no se trata de que somos mejores, ni mucho menos, solo poder comprender lo que somos.
Pero justamente la mayoría de las cuestiones que califican negativamente tienen que ver con los sectores populares que construyen la Argentina todos los días.
La anécdota que ilustra más claramente este proceso mental me ocurrió hace algunos años, un muchachito de esos bien pensantes que viajan a Venezuela y con su guayabera puesta me decía -Que conciencia que hay en ese país, acá esta todo muy atrasado… (Seguramente como en otros momentos iban otros muchachitos bienpensantes irían a Cuba, China, Rusia, etc.), el muchachito de izquierda también  sufre el mal de considerar lo propio peor –y eso que se consideraba revisionista nacional- .
Nunca se vera que las familias de bien, tengan intereses, a lo sumo tienen ideas.
Los sindicatos tienen presiones corporativas, y las organizaciones patronales agropecuarias conciencia contra elautoritarismo.
Es solo un ejemplo de que esa episteme dominante que mira la Argentina todo el tiempo denigra al país, pero denigra a sus clases populares también.
De lo que se trata es de intentar interpretar y comprender lo propio, no juzgarlo con categorías despectivas.
LUCHAR CONTRA LA TERGIVERSACIÓN DE LA INFORMACIÓN
Don Arturo discute las matemáticas y las ciencias duras como parámetros de la verdad.
Los números son tan políticos, como las letras.
El economista, el matemático, el estadista, no es neutral y cuando complejiza sus explicaciones con ecuaciones es por que pretende engañarnos.
¿Cómo aquellos que practican un ordenamiento racional de la realidad, mienten?
Con su sentido común típico de …todo lo que entra tiene que salir.... todo lo que se produce tiene que alcanzar...” es lógico, no puede haber intereses por detrás de incontrastable explicación, se preguntaría un integrante de este nuevo grupo social llamado gente.
Lo mismo que acontece con la utilización de las encuestas como realidad enquistada, que demuestra como piensa un politiquero y como piensa un político.
El politiquero se queda con la foto de la encuesta y cree que la gente siempre pensará igual, mientras que el político la toma como una parte de la realidad y sabe que no importa lo que la gente piense hoy sino lo que va a pensar en el futuro luego de que el proceso histórico que acontece y acontecerá siempre, deje sus huellas.
Esta explicación puede permitir pensar y proyectar a futuro, en cuanto que, cualquier fuerza política que intente un cambio generará resistencia en distintos grupos sociales y/o instituciones, pero eso no importa dado que los cambios generados podrían permitir salir de la situación que genero los revuelos sociales.
Muchos agoreros, en cualquier avance, se preocupan por las imágenes negativas de determinados políticos pensando en las futuras elecciones, pero no perciben que determinados cambios son necesarios por más turbulencias que generen, para poder avanzar en cualquier proceso.
En los últimos meses de nuestro país hemos vivido algunos eventos que nos permiten pensar este último ejemplo, que no por abstracto, deja de ser cierto.
La utilización sistemática de datos para decirnos que estamos mal y que necesitamos ayuda exterior, esto se puede vislumbrar en el libro “El Plan Prebisch” en donde Jauretche nos muestra que Prebisch cambia el sentido o la interpretación de los datos para vincularnos al FMI.
Así podríamos pensar en los “índices macroeconómicos” de los gobiernos del 90 y principios del 2000, que daban positivos mientras el país y su pueblo se hundían en la miseria.
La economía, con Jauretche, vuelve a ser política, y vuelve a representar determinados intereses que se vinculan con el desarrollo de la Argentina y el bienestar de su pueblo.
EL MÉTODO NACIONAL ESTA CONTRA LA FALSIFICACIÓN
La interpretación de nuestra historia es uno de los temas centrales del pensamiento jauretcheano, su método no permitirá que se falsifique la historia.
En Política nacional y revisionismo histórico Jauretche nos muestra como sistemáticamente en la educación oficial se nos intenta presentar la historia Argentina como la sucesión del bien y el mal o del progreso y el atraso, no permitiéndonos pensar que las luchas anteriores que nos precedieron son parte de nuestras luchas actuales. Moreno, Saavedra, Dorrego, Rosas, Lavalle, el Gral. Paz, Facundo Quiroga, Sarmiento, Alberdi, Urquiza, Mitre y Roca entre otros, serán variantes de lo que representa el bien y el mal en la historia de la Argentina y la humanidad.
Estos personajes, no discuten proyectos de país, sino lúgubres intereses corporativos y feudales por un lado y la libertad por el otro; en algunos casos; y en otros solo política criolla propia de pueblos sin historia, en el sentido Engelsiano del término.
Se desvincula a las nuevas generaciones de las luchas pasadas, con lo que todas deben reinaugurar proyectos originales que niegan todo lo anterior.
En cierto sentido el “que se vayan todos” del 2001 era la demostración de esa desvinculación, ya que se pretendía fundar la Argentina nuevamente desde cero.
Por lo general todos los proyectos redencionistas que se basan en esa negación de lo pasado terminan con la estructura de poder de la Argentina intacta y con la división de los sectores sociales que participan de esas luchas.
Una de los dramas que este pensador más sufrió, y que la Argentina sufre constantemente, es la división entre los sectores populares del interior profundo y mestizo y las clases medias provenientes del aluvión  inmigratorio de principios de siglo, o mejor dicho, el pobrerío y la clase trabajadora por un lado y las clases medias por el otro.
Estas últimas asumiendo la historia que venia en los manuales de su instrucción y al no poder vivenciar las grandes luchas del siglo XIX que dio el pueblo argentino por crear (por supuesto, de forma absolutamente incompleta) la nación y el estado nacional.
Para ellas la república nació oligárquica, los pueblos del interior solo eran atraso y caldo de cultivo de liderazgo caudillisticos, y el mestizo o el poblador originario, solo un cabecita negra.
La escisión entre los sectores medios y los sectores populares, cuyos intereses deberían ir juntos será su preocupación principal y siempre intentará ser un puente para unirlos.
La necesidad política de la época muestra que la reivindicación del pasado y de las luchas del pueblo Argentino por generar una patria para todos tienen continuidad histórica desde aquel Mayo glorioso hasta nuestros días y son los mismos sectores hoy, quizás en formas diferentes, los que se apropian de la riquezas colectivas y que no permiten el desarrollo de la sociedad para integrar a todos los sectores sociales.
CONTRA LA UTILIZACION DOGMÁTICA DE CONCEPTOS EXTRANJEROS
Como decía Jauretche intentar no adaptar el cuerpo al traje, o mejor dicho no adaptar la explicación a la teoría.
En esto no pretende acabar con todo conceptualización o teorización generada en otros lares, solo nos dice que ella es posible emplearla solo aplicando la critica necesaria que incorpora al bagaje teórico la realidad propia.
No pretende un particularismo cultural que mentiría acerca de la mixtura latinoamericana.
No niega la entidad de otros intelectuales en otros lugares de reflexionar acerca de la realidad y de la condición humana, solo nos dice que la dogmatización del pensamiento solo engendra la no posibilidad de comprender y entender la propia realidad.
Así un marxista, un liberal, un nacionalista terminan opinando acerca de los problemas del país de la misma forma: -el pueblo tiene los gobiernos que se mereceEl Estado improductivola irracionalidad prima en nuestras relaciones,  por no decir la típica -estos.... de mierda no saben votar.....
Por eso insiste en la condición previa de cualquier conocimiento, la visión nacional, no importa si liberal o marxista o keynesiano o reformista, la óptica de reconocer el elemento particular del acercamiento a la realidad para operar sobre ella.
Como en realidad lo pensaron los grandes teóricos de las ciencias políticas y sociales, no como pensamiento abstracto para aplicar en cualquier ocasión, sino como la forma de resolver problemas humanos de sociedades particulares.
La dificultad de pensar el momento histórico, sin ingresar en un particularismo suicida, es el gran problema del pensamiento jauretchiano, no necesita de la cita para jerarquizar su reflexión, sino que su reflexión es profundamente universal por que proviene de las tareas inconclusas de la historia nacional.
Don Arturo no necesita hablar en gaucho o tragarse las eses para parecer nacional y popular, el habla con las preocupaciones de los argentinos y en particular lo que uno podría llamar en términos setentistas, el pueblo (clases media, trabajadores y desocupados).
El pensamiento nacional al pensar la patria, piensa el mundo y no a la inversa, que es como surgen las grandes reflexiones universales.
No existe, en términos hegelianos el universal concreto, sin el momento de la particularidad.
EL MÉTODO NACIONAL ESTA CONTRA LA NEGACIÓN REAL
En el Medio pelo en la sociedad Argentina analiza la estructura  de la sociedad Argentina no sobre la base de lo que debe ser sino sobre la base de los que es. 
Se toma el trabajo  de pensar en las clases argentinas y de pensar como actúan respecto al país.
En especial su aporte sobre como la burguesía nacional termina claudicando ante la visión del mundo de la oligarquía.
Como la estructura del status social de la Argentina hace que las clases medias quieran mantener constantes formasaristocráticas u oligárquicas para separarse de los sectores más pobres de la población.
El medio pelo será la clase media paqueta que intentara no ser grosera, como le corresponde a cualquier burguesía en ascenso.
No quieren embarrarse, detestan a los obreros y a la multitud.
Son librecambistas y anti estatales, sin ni siquiera pensar que solo bajo la sombra del estado, es que ellas pueden existir y crecer.
Poseen la lógica de cualquier burguesía exportadora, mantener salarios bajos sin preocuparse por el mercado interno.
Jauretche intentara nacionalizar a las clases medias y a la burguesía, demostrándole la necesidad que ellas tienen de otro elemento clave en cualquier proceso de liberación nacional: los trabajadores.
Ellos cobran sueldos, pero no exportan sus salarios y consumen en el mercado interno.
El intento de la burguesía nacional claramente fracaso, y dio paso, después del 76´, al encolumnamiento de los pocos sectores de la burguesía nacional, con la política oligárquica y con el imperialismo.
En cuanto a la clase media, eje fundamental de cualquier cambio en la estructura nacional, no ha logrado evaluar el país que tiene, y siempre piensa en la comparación ideal con otras historias y con otras teorías.
La reproducción de los juicios valorativos que estas clases utilizan como marco conceptual para analizar la Argentina los inhabilita para pensarla.
Con teorías exóticas evalúan una realidad que les es familiar, todo un trabajo intelectual que los limita para intentar pensar en sus propias tareas explicativas.
La ciencia ascética, que no pretende influir, sino solo ilustrar acerca de la Argentina es la moneda corriente, temas superflúos, innecesarios, inentendibles para pensar las cosas que todos los días afrontamos como argentinos.
Así, se le cree más a la teoría que a lo que vive todos los días. 
En el pensamiento jauretchiano se buscaba describir la  estructura social Argentina con  sus particularidades, para poder cambiarla.
ALGUNAS GARANTÍAS EPISTEMOLÓGICAS
¿Como hablar de Jauretche y no levantar polémicas?
Hay autores que solo evalúan las formas jauretchianas de manera jocosa ( y remarcan sus dotes de polemista y difamador), otros creen que transformarse en sus viuditas los convierte en verdaderos pensadores nacionales y solo se dedican a transcribir y tratar de actualizar sus conceptos y por último aquellos que intuyendo en Jauretche un pensamiento autoritario y nacionalista, lo ningunean sistemáticamente, y aunque traten sus temas, prefieren expresarlos en términos gramscianos, althuserianos, bourdieuanos, entre otros, que citar al gran maestro del nacionalismo popular.
Entonces volvemos a la burda pregunta ¿Por que, Arturo Jauretche no es parte de la bibliografía elemental de cualquier secundario?
¿Por qué Don Arturo, no es visto como uno de los cientistas sociales más grandes que dio la Argentina?
¿Por que el bicentenario no lo encuentra, con la posibilidad de iluminar las mentes de nuestros futuros maestros, ingenieros, sociólogos, abogados, arquitectos entre otros?
Esa pregunta es difícil de responder en este contexto que presupone gobiernos nacionales, provinciales y municipales que intentan reivindicar una cierta noción del nacionalismo popular, la incomodidad del pensamiento jauretchiano es que no puede reivindicarse sin resultar incómodo para cualquier gobierno, a menos claro, que se lo convierta en una nueva estampita sacra, en alguien tan nombrado que su sola cita pierda sentido, en una estatua de bronce como las que el mismo Jauretche criticaba por que quitaban vida al personaje y se le sustraía de esa manera su soplo vital.
Con garantías epistemológicas quiero significar un cúmulo de condiciones que debe reunir el sujeto de conocimiento, ellas son necesarias para cualquier proceso de descubrimiento, evaluaciónn, y creación de formas de mirar el mundo.
Jauretche había transcurrido  por la mayoría de los partidos de tinte nacional de la Argentina (Conservador/ radical/ peronista/ revolución
nacional) lo cual le marcaba la amplitud de matices que podía tener el pensamiento nacional.
Será conservador, esos elementos que habían quedado del viejo partido autonomista nacional, y que habían logrado sintetizar la demanda histórica de los pueblos del interior en el 80´, la federalización de Buenos Aires.
También seria radical, ese gran movimiento que había logrado integrar a la masa de hijos de inmigrantes a la Argentina.
Luchará en las tinieblas de la década infame con FORJA descubriendo al imperialismo británico y al fraude patriótico.
Vera en el peronismo- aunque nunca se sentirá parte- el gran ensayo general que logra integrar al pueblo profundo a la vida política y económica del país.
Por ultimo apoyará al Perón de la vuelta con la boletas del Frente de Izquierda Popular, esgrimiendo que a diferencia de otros que suben al caballo por la izquierda y se bajan por la derecha, su vida, en términos de un simplismo categórico que el desprestigiaba, evolucionaba en forma inversa al común de los intelectuales.
Es que su experiencia vital le mostró, no las teorías libertarias, sino la vida diaria, que el pensamiento realmente nacional debía apoyarse, no en estructuras institucionales, ni en burgueses nacionales,  sino en el pueblo que es el único sostén verdadero de un pensamiento realmente soberano, realmente justo y realmente libre.
Y como decía el Martín Fierro, que el fuego para calentar debe provenir desde abajo.
Este articulo busca la vuelta a Jauretche… esa que necesitamos todos los argentinos que soñamos con una patria para todos.
Pablo López Fiorito/ 
Bibliografia
·        Manual de Zonceras Argentinas, Arturo Jauretche, Ed. Corregidor.
·        El Medio Pelo en la sociedad argentina, Arturo Jauretche, Ed.Peña Lillo
·        De Memoria pantalones cortos, Arturo Jauretche, Ed Peña Lillo
·        Mano a mano entre nosotros, Arturo Jauretche, Ed.Peña Lillo
·        Jauretche polemicas, Noberto Galasso, Ed. Peña Lillo
·        Cabalgando con Jauretche, Daniel Parcero, Roberto Vera Editor
* Pablo López Fiorito es Sociólogo, Docente de la Universidad de Buenos Aires de la Materia "Pensamiento Social Latinoamericano", y miembro del Consejo Editorial de la Revista "POLITICA, para la Independencia y Unidad de América Latina"

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