jueves, 20 de enero de 2011

Resurrección de Francis Bacon

Prof. Carlos Galano

A mis compañeras y compañeros de la Escuela
De Educación y Formación Ambiental Chico Mendes. Rosario.

A mis compañeras y compañeros del Centro de Saberes
Y Cuidados Socioambientales de la Comarca del Agua, de Argentina

El verano calenturiento de 2011 enardece  las incendiadas tierras solariegas del país,  convulsionado por la visibilidad de cientos de compatriotas, la mayoría santiagueña, reducida a condiciones de esclavitud, y condiciones serviles de trabajo. Esa intolerable forma de explotación, implementada por  patrones del campo y empresas multinacionales, en algunas propiedades de la región bonaerense de Ramallo, San Pedro, Baradero, donde en poco tiempo se realizará la Expoagro, vidriera fastuosa de los agronegocios, es el banal lenguaje del dominio que se reproduce en otras provincias,  que se expande cómo metástasis del mal, revelando, sin tapujos, la ideología de pillaje del Modelo Productivo Agrario centrado en el Latifundio Genético.

La resurrección  de condiciones esclavistas de producción, impuesta por multinacionales como Nidera y empresarios integrantes de algunas de la cuatro organizaciones del sector, Sociedad Rural, Federación Agraria, Coninagro y CRA, confluyendo todas en la Mesa del “DES_ENLACE”, expresan como nunca, la idea de esconder la profundidad de la colonialidad del poder y concentración de la riqueza, en la superficie vidriada y resbaladiza, con el espesor del vacío, sin lenguajes diversos, labrada  por la patología del olvido, de una alianza retroalimentadora entre “Poder Rural- Poder Mediático Hegemónico.

 Existen antecedentes recientes y de larga data, cómo luego explicitaremos, para comprender la subsistencia en la actualidad de una tragedia travestida en parodia de la historia.  Podemos recordar, entre otros, la sanción del Estatuto del Peón Rural en 1944, o  la rebelión patronal agraria de 2008, cuando se opusieron a la 125, o del modo en que se manifiestan por estas mismas horas veraniega del 2011, en el que sin eufemismos, cuando son reporteados por la prensa o en los comunicados que divulgan, nos anonadan con la versión ritualizada  y salvaje del cortoplacismo de mercado, saturnismo generalizado como progreso infinito.  Cuya única finalidad es la ganancia extrema sin contemplaciones. Esta ideología que tiene la vejez del iluminismo y la Racionalidad Instrumental, revestida para la ocasión con la exacerbada voracidad del neoliberalismo, es común a todos los integrantes de la Mesa de En-lace, tal como lo revela el Sr. Rivolti, ex integrante de la Federación Agraria, el hilo conductor es el agronegocio, unificador y articulador, más allá de que cada integrante cumpla un rol matizado con lo mismo.
  
Saturados ante la patética farsa de la patronal agraria, los diversos sectores sociales, que no el establischment de marras, parecieran ver que la realidad se mueve al son de un juego de espejos, dónde por una parte se mueven sombras dantescas de una esclavitud ahistórica, y por la otra, con una velada apariencia neblinosa, contrastan las fatalmente falsas promesas de los productores agrarios y sus acólitos ramplones, de promover el Progreso Fáustico Moderno, y que nunca podrán ser otra cosa que el penoso lenguaje de la desesperanza, la depredación y la dominación. El discurso de los agraristas, ahora estalla como una sinfonía  inconclusa de la Metafísica de la Ilustración, pues de allí vienen sus genes economicistas, ahora aggiornados en su versión desbordada de exilios y contaminación, travestidos de ese modo en tan actuales y modernos, pero que hacen visible  las tintas envenenadas con las que escriben el dolor de la exclusión, la pobreza y la concentración de la riqueza.  

Repentinamente en Argentina, país donde los periodistas “independientes”,  se auto adjudicaron la función de ser los tábanos del poder, sus voces interpelantes quedaron reducidas a silencios o balbuceos incomprensibles, subyugados por los cantos de sirenas de los patrones agrarios y mediáticos, sus  auspiciantes y mandatarios, fatalmente convertidos  en ciegos y sordos comunicadores, incapaces de relatar en toda su tragedia, el acontecimiento inédito en la historia de los tiempos: la resurrección de uno de los padres fundadores del liberalismo y de la ciencia experimental, del método inductivo, que exiliara la complejidad y la interrelación a tierras inhospitalarias:  Francis Bacon.


 Francis Bacon,  que fuera Ministro de Hacienda de Jacobo I y luego juzgado por robar las arcas de la corona, escribió “la naturaleza  debe ser acosada en sus vagabundeos, sometida y obligada a servir, esclavizada, reprimida con fuerza, torturada hasta arrancarle sus secretos”. Consideraba a la naturaleza como una Mujer Pública (prostituta, puta), una mera cosa mercantil que debía ser puesta en condiciones de producir, mediante una mano de obra sometida a la misma cosificación. Francis Bacon quien desterró de la racionalidad moderna a la antigua Poiesis ya devenida en poesía, y la expulsó al territorio de las “Fantasías”, impone como único sentido el sinsentido, tal como lo expresan los exponentes de la Mesa Desenlazada. Por eso, cómo dice  René Tatón,  “Desde Bacon y autores posteriores, puede seguirse paso a paso esta epistemología asombrosa marcha que acabará por invertir el sentido de las palabras clave de toda”. Construyendo un conocimiento que desconoce al conocimiento y que está en el origen de la catástrofe de estos tiempos, Crisis Ambiental le decimos en términos latinoamericanos, tan bien alimentada por el minoritario sector de los “dueños de la tierra” que concentró la riqueza.

Francisco Bacon, el que decía que había que expulsar a los mitos, ha resucitado y reencarnado en los cuerpos de los dirigentes de la Mesa de Enlace. Pronuncian sus mismas palabras, expresan las mismas concepciones economicistas, y practican la propia e insana visión sobre la naturaleza y el ser. La naturaleza cosificada está al servicio del productivismo insaciable, ahora con el uso indiscriminado de agrotóxicos genocidas. En la campaña agraria anterior sobre el suelo común de los argentinos, se derramaron 170 millones de litros de glisfosato, reduciendo el trabajo  a condiciones insalubres inéditas, dónde la vida dejó de ser vida, tal como lo indica el inenarrable horror de los niños convertidos en Niños Bandera.

El productivismo agrario, con primacía de la sojización antiecológica, en franco avance exponencial de sus fronteras, ha quedado en penumbras,  alentado por la ceguera de tantos y los silencios de muchos, especialmente los medios de comunicación hegemónicos y sus periodistas estrellas, que sólo atinan a voltear la mirada ante la depredación y exterminio natural, tapándose las narices del olfato y del pensamiento, para no respirar el humo neblinoso y nauseabundo generado por el incendio de la dignidad de los trabajadores.

 Bacon resurrecto, reencarnado en los mensajeros de las organizaciones patronales, también ha dejado en la intemperie, otro mandato antiguo del Liberalismo y la Racionalidad Instrumental, y que es el sostén ideológico del Poder Concentrado de los Patrones Rurales,  dueños de vidas y haciendas: el Derecho Positivo. El Derecho Positivo se edifica con las columnas sacrosantas del individualismo y la propiedad privada. La Santa Propiedad Privada de los estancieros, que no puede ser hollada, ni siquiera, aún, por los propios resortes legales del Estado, como los vimos por estos  días, cuando se intentó hacer controles conferidos por las leyes, sobre las relaciones laborales de sus empresas. Se resisten, a como dé lugar, incluyendo  amenazas de encierro y de muerte a los agentes estatales. Es que los patrones agrarios han bebido los conocimientos desconocedores de la complejidad y son fieles devotos de pensadores reduccionistas como Mario Bunge, poniendo en acto aquellas ideas que plantea: “amansar y remodelar a la naturaleza sometiéndola a sus propias necesidades”. Y así lo interpretan, amansan y rediseñan a la naturaleza ecosistémica y a la naturaleza humana.

Pareciera, también, que  los patrones agrarios se sienten depositarios de un mandato misional, nacido con la propia conquista de América. En el siglo XVI los invasores europeos del renacimiento se encuentran con una realidad que los subyuga y encandila, y enciende la mecha inextinguible del deseo de explotar y dominar. Como a Hernán Cortés al llegar a Tenochtitlán, la capital del Mundo Azteca. Una ciudad fascinante, habitada por  un millón de habitantes, con una organización territorial impensada para el europeo de la modernidad recién inaugurada.  Ante el sorprendente mundo que se le presentaba Cortez exclama: “es la región más transparente del aire.”.  Siglos después, Carlos Fuentes, escribe una de las obras cumbres de la literatura latinoamericana y que no podemos desconocer, si queremos profesar el profundo sentido latinoamericanista emancipador: La Región más Transparente.

Iniciada la conquista de América, para nosotros Abya Yala, inescrupulosamente se desata un torbellinezco  proceso de pillaje y explotación. Pero se presentan algunos problemas que no estaban en la órbita del imaginario eurocéntrico y cristiano. La inmensidad de este continente y sus millones de pobladores, luego  estimado en cerca de 100 millones. Esa cuestión será resuelta, en principio, por el papa Alejandro VI, quién dividió estas tierras por el tratado de Tordesillas, entregando la mayor parte a España y el resto a Portugal-Este papa tan pródigo, era español, su apellido Borja lo transforma en Borghia para acceder al pontificado, y su vida personal confirma esa prodigalidad, pues poseía varias esposas e hijos.

Luego, al ombligo del mundo se le plantea otra insospechada preocupación.  Qué y Quienes eran estos millones y millones que habitaban las nuevas tierras? Tan cobrizos, tan extraños, con un hablar ininteligible, tan sanos y esbeltos, adoradores idólatras de dioses inauditos, y de apariencia verdaderamente humana. La primera definición de la corte papal fue que carecían de alma.

Comienza un debate enardecido que sufre un imperceptible giro en el  pensamiento autocentrado y discriminado. Se admite que los indios tenían alma, pero que se encontraban en estado  de infantilismo y por lo tanto debían ser educados y protegidos, con el fin de que pudieran realizar su pleno crecimiento y salvación. El  cuidadoso método consistió en encomendarlos a los nuevos dueños, los europeos, convertidos en hacendados terratenientes, la mayoría, otros en mineros,  con la misión salvífica de que fueran mano de obra en el proceso productivo de pillaje. Esa misión salvífica  sé encarnó en relaciones de producción ancladas en la sumisión cuasi esclavistas. Una de esas formas, no la única fue la Encomienda. Este modelo de explotación y de organización social y económica deja una marca indeleble en la piel de la historia y de la tierra latinoamericanas, al punto tal que todos los linajes colonialistas posteriores, inclusive después de la independencia, el verdadero poder económico de los latifundistas, núcleo duro de la matriz que traicionara el mensaje de los padres fundadores de la independencia, es permeado por esa concepción dominadora inaugural. En nuestro país esa colonialidad del Poder y del Ser, se expresa en la “Conquista del Desierto”, genocidio comandado por el Gral. Rocca, y también en la Campaña del Chaco, que inaugura un proceso territorial con la desterritorialización de la diversidad cultural y una geografía política y económica basada en la homogeneidad de la visión occidental eurocéntrica.

Cuando en 1944 se sanciona el Estatuto del Peón de Campo, y se le reconocen a los trabajadores rurales derechos básicos y humanos en sus relaciones contractuales, la Sociedad Rural, uno de los integrantes del cuarteto del “des-enlace”, da a conocer un documento de feroz oposición a lo dispuesto por la Secretaría de Trabajo,  dónde reivindica toda la tradición de relaciones paternalistas, de inferioridad, ratifica la idea de seres de segunda categoría Parecería que ahora mismo, esa idea tiene vigencia incontrastable y está naturalizada en el mensaje anestesiador de los Medios Hegemónicos de Comunicación. Una de las inefables locutoras del poder Mediático, y que codifica sin repugnancia la voz del amo, allá, cuando la rebelión de los patrones oponiéndose a la vigencia de las Retenciones, arrinconaron al país y al gobierno democráticamente elegido por la ciudadanía, en el borde mismo del abismo, cuando se realizaban las concentraciones de apoyo, comentaba que quienes participaban  eran “gente como uno”, ¿dónde quedaríamos nosotros que somos como todos? Esa misma voz, cuando hace unas semanas, en la ciudad de Buenos Aires, se produjeron las ocupaciones de Sodati y el  parque-basural Indoamericano, resonó con el discurso de que los ocupantes eran personas e inmigrantes de segunda categoría. Todavía, para estos grupos concentrados de poder y sus mensajeros, las bulas papales del siglo XVI, seguirián vigentes.

 La  crisis contemporánea fondea en el puerto desmesurado de la promiscuidad tecnocientífica, alentando una voracidad socioeconómica y política infinitas, lo cual, a pesar de tanto informe y estadística confusa y maliciosa, comienzan a mostrar, cómo   en el  último tercio del siglo XX los signos inconfundibles de su irreversible  declinación, allí se encuentra el rostro iluminado por la oscura razón modernizante, y en esa luz mortecina consiste al rediseño del mundo globalizado por el Neoliberalismo. Del que los agronegocios se constituyen, junto al capital financiero y el capital inmobiliario, en uno de los pilares insustentable. Tanto en el mundo, como en nuestros países latinoamericanos esa cosmovisión sólo ha producido concentración jamás vista en la historia. Según el PNUD, hacia el 2.000, las 225 personas más ricas de la tierra acumulaban una riqueza mayor a la  poseída por 2.500 millones de seres, tendencia en aumento. Esa desigualdad excluyente, incluye un fenómeno de centrifugación descomunal, por donde se evaporan la biodiversidad natural, la diversidad cultural y se desvanece el sentido de la vida y la justicia, ante el altar erigido con el fango contaminado del Neoliberalismo. Una de las vertientes enriquecedoras de la desigualdad se centra en los Agronegocios.

Sostenemos, como afirma el sacerdote de la Teología de la Liberación Franz Hinkemmelart, que el inescrupuloso  fundamentalismo de la religión de mercado…, se desborda en los remolinos sin morada de una  “ética y  complejidad impiadosamente arrinconada por la  Teología Neoliberal, TN, que  hizo visible  las amenazas globales que hoy penden sobre nosotros, y que se encuentran estrechamente vinculadas con el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías, según un criterio de costo-beneficio totalizado. El fundamentalismo neoliberal de mercado no llamó a la cautela, sino al extremismo más radical. Eso explica el hecho de que después de que aparecieron estas amenazas globales, se haya intensificado, con los ojos abiertos, el proceso destructivo derivado de la aplicación indiscriminada del propio desarrollo tecnológico. El fundamentalismo neoliberal, se hace fundamentalismo de talibanes en la religión del mito del crecimiento infinito, y como pocos ese proceso es explicado y justificado por el Modelo Productivo Agrario.

A pesar de los mandatos irresistibles de la economía clásica y sus relaciones de producción, la crisis ambiental, como crisis epocal, narra sin eufemismos el estado de la anomia economicista. La obstinada negación del productivismo desbocado sobre su responsabilidad depredadora, en lugar de ocultar el problema, lo desborda, fatalmente, hacia estrategias quiméricas más eficientes, con las que aumenta  la explotación del trabajo y el extractivismo, histórica encerrona disolvente con destino de entropía.
   
-                             Ante la dolorosa situación que se planteó y que pone en tela de juicio, tanto discurso vacío de la idolatría economicista, afirmamos que:
-                              
-                              Nunca antes la especie humana ha corrido el riesgo de la extinción como ahora, tal como escribe GEO 2000, manifestando que de no mediar un cambio radical lo que  llega es el No Futuro;
-                              
-                             Nunca antes como ahora la concepción de conocimiento dominante, tan contaminante cuando se orienta a la producción de insumos químicos para elevar los rendimientos agrarios, ha producido con su instrumentación tecnológica productiva, tanto arrasamiento de la naturaleza y tanta despiadada exclusión social;
-                              
-                             Nunca antes como ahora la transgenización de la vida, ha desarrollado un modelo tecnológico productivo brutal, colocando en riesgo la salud, como hemos comprobado en estos tiempos, de los niños banderas en el norte santafecino y de los trabajadores esclavizados por multinacionales y productores locales en la región con epicentro en Ramallo, San Pedro y Baradero;
-                              
-                             Nunca antes como ahora el imperio del individualismo posesivo, trasegado en el consumismo, como ritual  de pertenencia a los tiempos del anhelo sin futuro, ha producido tanto desencanto y desolación,
-                              
-                             Nunca antes como ahora la necesidad de una bifurcación histórica se radicaliza como cambio cultural, la encrucijada de la crisis ambiental se abre hacia territorios inéditos, cuya exploración deberemos hacer a contracorriente del discurso único, abandonando el desierto al que fuimos arrojados por la razón pragmática, para que sus desterrados y silenciados recuperen la voz y resemanticen al mundo desde la sacralidad de la vida, tal como se da este rico e inédito proceso en América del Sur, con procesos políticos populares e intentos de regionalización para preservar los intereses de los pueblos, como son los procesos en construcción de Mercosur y Unasur,

 La angurria entrópica del Neobarbarismo Cultural del productivismo agrario, ha condenado al destierro a millones de Refugiados Ambientales en nombre del imperativo categórico que desconectó al hombre del ecosistema. Y luego,  a ese ser desterrado,  se le  redestierra en defensa de valores etnocentrados,  cuyo origen se confunden con la colonialidad del poder y la colonialidad del saber. Es lo que vemos diariamente en los partes de prensa como noticias consumidas con anestésicos. Y así aparecen desde sus lugares identitarios, como los santiagueños, en un sórdido e inmundo sitio de la región bonaerense, lugar dónde el precio de la tierra es incalculable, aunque el valor del salario del trabajador sea una ficcionalidad, pues no contiene la dimensión de trabajador, más allá de que se farfullen palabras blanquedas. Verdaderas mentiras sin fin, mentiras confusas y tristes, como triste y oscura es la colonialidad, mentiras de las organizaciones de los Patrones Rurales, un mundo de mentiras cotidianas que se “posan sobre nuestras espaldas”, pero que no nos producen otra cosa que repugnancia y fatiga.


El discurso apologético de los vientos del “campo”, sobre las venturas y beneficios  del conocimiento y del aparato tecnocientífico, quedan anonadados ante el lenguaje de la geografía del malestar económico y humano, escurriéndose sin remedio por las grietas de las escenas cotidianas rurales y urbanas. Esa cloaca a cielo abierto, registrada como estrategias para el progreso y el crecimiento económico, encuentra en ciertos ámbitos académicos, subyugados por la teología instrumental, y en la pertinaz colonización de todos los resortes sociales, puesta en marcha por los medios masivos de comunicación, en consonancia con la soabreeconomización de la vida subordinada a la apoteosis del consumo, el camino pavimentado para despojar de todo sentido ético a nuestra relación con la naturaleza.

E imponen la desmesura de sus reclamos sectoriales a través de acciones de violencia irreparables. Como cuando lanzan la caballería de tractores a cortar rutas y amedrentar conciencias. Cómo cuando en el 2008 llegaron hasta los límites de la privación de alimentos al conjunto de sociedad. Cómo cuando estos mismos sectores socioeconómicos inscriptos en la región, por ejemplo,  en el Departamento de Santa Cruz, Bolivia, defienden sus intereses sectarios llegando a las fronteras misma de la separación del país, también al son de la clarinada del batallón de tractores que enfrentaron al gobierno popular e indigenista boliviano. Cómo cuando, en los inicios del gobierno democrático del Presidente Lugo en Paraguay, ante incipientes medidas de distribución de tierra para campesinos y población originaria, los dueños de la tierra, también a tractorazo limpio cortaron rutas e intentaron debilitar el poder político. Ampliamos el foco de esta mirada sobre una región más amplia y, que casualmente, coinciden con lo que algunos proclaman cómo la existencia de un nuevo país en el sur del sur latinoamericano: La República Unida de la Soja.


El mandato epocal en el 3er. milenio se inaugura con la impostergable decisión de denunciar y oponerse a la racionalidad hegemónica, esa osadía del pensamiento y de la acción están en las ideas de John Berger cuando escribe “El acto de resistencia no significa solo negarse a aceptar el absurdo de la imagen del mundo que se nos ofrece, sino denunciarlo. Y cuando el infierno es denunciado desde adentro deja de ser infierno”. Y en la región se aprecian actos de resistencia y de denuncia del proyecto hegemónico por parte de varios de sus gobiernos y sectores populares.
 “El ambiente es la sombra de lo que somos” (tao). En estos tiempos de crisis ambiental todavía somos una pesadilla fáustica. Aquí nos ha colocado la Historia, en esta encrucijada. Debemos decidir si seguimos habitando los recintos de la pesadilla o no encaminamos hacia lo desconocido en cuyos territorios se puede producir la alianza de diversidades tolerantes. Es un “viaje” de otredades apasionadas con el objeto de deconstruir los conocimientos desangelados y relanzar la celebración por la humanidad.

Tal vez hemos insistido desmedidamente en la relación entre concentración del poder  Agronegocios-Poder Mediático Hegemónico. Pero asumimos esa aparente recurrencia sin conexión. Deseamos citar textualmente este reportaje. El célebre actor y activista social español Willy Toledo ha calificado al grupo mediático PRISA (propietario, entre otros medios, del diario El País, y la cadena SER)como “el grupo más peligroso que está operando en nuestro país”. Toledo participó el 5 de enero, en la presentación del nuevo libro del periodista Pascual Serrano, Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles.
Willy Toledo denunció  que “son peligrosos porque han engañado y siguen engañando a una gran masa de población [de izquierdas], igual que lo ha hecho el PSOE” y también criticó duramente el papel que jugó la Cadena SER en los recientes acontecimientos en ElAaiún. Luego, Toledo hizo un fino repaso al capítulo que Pascual Serrano dedica en su libro a PRISA, poniendo el acento en sus tramas financieras, en su influencia política y social tanto en España como en América Latina.
En su intervención, Willy Toledo también criticó el papel político que juegan los medios de los grandes grupos de comunicación, a los que acusó de ser los que “nos preparan para la invasión de Irak y de Afganistán, para grandes pandemias como diversas gripes, que terminan siendo negocios incalculables para laboratorios y mercachifles”

         Advertimos de este modo la importancia que tiene la información democrática para el desvelamiento de la realidad. En Argentina este ha sido un tema de relevancia, generador un rico proceso popular que concluyó con la sanción de la Ley de Medios Audiovisuales. Una ley ejemplar para el mundo y Latinoamérica. No es una ley de letras del abecedario, como  plantean voces de los medios dominantes, no es una ley A, B, C, K…. o Z. Es una ley para que las voces plurales puedan ser voces y seres. Es una ley que encuentra oposición en su aplicación, porque su aplicación implica el fin del ocultamiento, de la desinformación.  El fin de prender el oscurantismo de la discriminación para apagar la luz de la reflexión inteligente.

         También esto ha pasado en Bolivia. Cuando el presidente Evo Morales sancionó la ley Antidiscriminación,  para crear los mecanismos de la tolerancia y coexistencia fraternal de la diversidad cultural, y ponerle freno al desenfreno discriminador, xenófobo y antihumano, de medios que parecen anclados en el espíritu de las Bulas papales y en el sentido energúmeno del capitalismo desbocado. Parecido es lo que ha ocurrido y ocurre en Brasil, dónde los Medios de Comunicación Hegemónicos han sido despiadados y e intolerantes con Lula, y son irrespetuosos e insultantes con Dilma. Mentirosos e ideológicamente partidarios del Poder concentrado. Por eso  Argentina se convierte en un faro de luces buenas para todos. Para el debate sobre la palabra, para que la palabra vuelva a hablar de las cosas. “Para que termine el imperio del silencio, y para que se disperse sobre las frecuencias bajas, un alegre pentagrama de polícromos fragmentos sonoros, a la deriva, hacia la ancha franja de la sorpresa, hacia los territorios donde el ser pueda ser.”

         Para que podamos devolver a su sepultura en Inglaterra a Francis Bacon, para que no retornen al pensamiento científico, en aras del benefactor crecimiento económico Descartes, Newton, Kant y otros, constructores de una visión pesimista de la naturaleza corrompida instalada en occidente como un enorme peso del que no ha podido liberarse. La tragedia de la cultura occidental debe ser medida desde este parámetro, y mucho de los errores y horrores de lo que llamamos todavía desarrollo, son el lastre de su conciencia esquizofrénica” (Maya).  Esta mirada permea la naturaleza y las condiciones humanas de los Agaronegocios. Tengamos una agricultura impulsora de la Soberanía Alimentaria, que en un proceso de Diálogo de Saberes, pondrá en marcha la potencialidad de alimentar sin excepción a toda la sociedad, estableciendo un proceso de retroalimentación entre la productividad de la naturaleza y la creatividad de la diversidad cultural.

Recuperemos el mandato emancipador y reinstalemos en el territorio de lo nuevo a Simón Rodríguez, Bolívar, San Martín, Artigas, Martí, Mariátegui, Chico Mendes, el Saber Ambiental, la cosmovisión de los Pueblos Originales como el Vivir Bien Aymara, la Teología de la Liberación. Es la propuesta del Pensamiento Ambiental Latinoamericano para que los campesinos tengan la identidad de la tierra sin mal. Para que la palabra sea el pronunciamiento de la trama de la vida, donde todas las hebras sean iguales, para que no tengamos trabajadores esclavos ni niños bandera, decimos con la poética de Roberto Juarroz:                                                                                                                   

Desbautizar el mundo,
Sacrificar el nombre de las cosas
Para ganar su presencia.
El mundo es un llamado desnudo
Una voz y no un nombre,
Una voz con propio eco a cuestas.
Y la palabra del hombre
 es una parte de esa voz,
No una señal con el dedo,
ni un rótulo de archivo,
ni un perfil de diccionario,
ni una celda de identidad sonora,
ni el banderín indicativo
de la topografía del abismo.
El oficio de la palabra,
Más allá de la pequeña miseria
Y la pequeña ternura
De designar esto  o aquello
Es un acto de amor:
Crea presencia.
El oficio de la palabra
Es la posibilidad de que
El mundo diga al mundo,
La posibilidad de que
el mundo diga al hombre
La palabra:
Ese cuerpo hacia todo.
La palabra:
Esos ojos abiertos.
 Enviado por Carlos Galano el 17/01/2011

2 comentarios:

  1. Googleando "mario bunge" me encuentro con este ensayo a lo Góngora.
    Ni Mao Tse Tung hubiera abusado de las adjetivaciones como lo ha hecho Galano.
    Ni hablar del abuso de mayúsulas. ¿Cree Galano que las frases adquieren así mayor importancia?

    Increíble la atribución de "reduccionista" a Mario Bunge. Basta googlear un poco "mario bunge" para entender Bunge que es cualquier cosa menos reduccionista.

    Galano, si te molesta el socialismo cooperativista de bunge (leer su filosofía política, o incluso alguna entrevista), decilo y fundamentá tu molestia.

    Pero no recurras a la confusión y la mentira. En casi cualquier trabajo de Bunge se encuentran críticas a distintos modos de reduccionismo.

    Con compañeros como vos no podríamos llegar muy lejos.

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  2. "Buscar la filosofía en las ciencias sociales " es un libro de Bunge que seguramente disgustaría a Galano, figura entre los libros de Google, y contiene algo jugoso sobre el reduccionismo.

    Obtenido googleando mario bunge reduccionismo:

    http://books.google.com.ar/books?id=sEnmsF3MgGUC&pg=PA185&lpg=PA185&dq=mario+bunge+reduccionismo&source=bl&ots=bMal27WvXK&sig=QsKy9qLnjP4memQirSHC0S_u8CU&hl=es&ei=e0k7TZSLIYS8lQeamMDqBQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=7&ved=0CD0Q6AEwBg#v=onepage&q&f=false

    Saludos.

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