martes, 11 de enero de 2011

Las escuelas, un actor clave en la reapropiación de Punta Querandí

El inédito reclamo por restos arqueológicos aborígenes y la destrucción del patrimonio público a sólo 50 kilómetros del centro político del país, que ya lleva 10 meses de acampe, tuvo como uno de sus principales logros durante el 2010 vincular a la sociedad con la preexistencia indígena en la provincia de Buenos Aires. Organizaciones y activistas del movimiento indígena urbano, junto a otros sectores sociales, pelearon para que Punta Querandí no sea destruido por un megaemprendimiento de barrios privados reivindicándolo como un lugar sagrado. Y lograron sensibilizar a una comunidad que en su mayoría desconocía el enorme patrimonio cultural e histórico de los territorios donde habita, más allá de los diversos orígenes -europeos, mestizos, indígenas- de su población.

"Han venido a conocer el predio de diferentes carreras terciarias y universitarias, colegios donde asisten chicos de los countries, bachilleratos populares de los barrios y escuelas de adultos", cuenta Alberto Aguirre, integrante del Pueblo Toba-Qom y activo miembro del Movimiento en Defensa de la Pacha. "No lo pueden creer cuando se encuentran con los sitios arqueológicos, con el folklore que hay acá, el contraste de toda esta historia. Esa cultura que están tratando de sepultar para construir un country, casas para unos pocos cuando esto puede ser abarcativo para muchas personas", agrega.

Dos experiencias alcanzan para entender el potencial educativo de Punta Querandí, si bien son sólo una pequeña muestra de lo que se vivió durante el 2010.

CIENCIA PARA DEFENDER LO NUESTRO. El 23 de octubre, en la Escuela Técnica 2 del barrio FONAVI de Garín se realizó la Feria de Ciencias, que tiene como fin que la comunidad se entere lo que hace la institución y que los chicos puedan ver las distintas oportunidades que tienen en el distrito, según explica el director Rubén Furioli

"Desde las entrañas de la Pachamama se levanta la Voz Querandí reclamando la descolonización de Buenos Aires", señalaba un gran cartel en la entrada de uno de los salones donde de manera voluntaria casi 20 chicos explicaron a la comunidad la problemática del patrimonio cultural y ambiental en riesgo por los megaemprendimientos de barrios privados, a partir del conflicto de Punta Querandí.

La exposición fue promovida por la profesora de historia Lucía Surban, que conoció el campamento a principios de agosto y no se despegó más. "Llegar a Punta Querandí fue movilizante, y me sacudió en mi ignorancia. Es imposible no divulgar algo que es tan nuestro, tan digno y justo de defender. Si bien sentía América como mi identidad, me encontré con algo mucho más cercano a lo que soy y reafirmó mi compromiso con las situaciones originarias, a 10 minutos de mi casa", recuerda en diálogo con Indymedia. 

Sus alumnos de 2º año turno tarde le preguntaban a Lucía por aquel lugar al que iba tan seguido, y se engancharon al saber que quedaba yendo a Dique Luján. "Ellos lo veían como algo de otras regiones o de piezas arqueológicas en la vitrina de un museo", explica. "Hablando de conquista y colonización los llevé a un lugar más cercano, donde se reproducen los hechos del pasado, un sitio arqueológico querandí, un acampe de protesta, la Iglesia del Opus Dei", cuenta.

"Es fuerte el contraste entre los countries y esa porción de tierra que está ahí como gritándonos algo, es imposible no sentir eso", coincide la profesora. "Sentarte en el predio, encontrar una pieza, te hace pensar qué sentían los Querandíes en ese lugar, querer escucharlos, la necesidad de sentirlos", agrega.

El director Furiolo afirma: "Hay que tener conciencia del cuidado del medioambiente y de lo anterior, del pasado. Un técnico no tiene que saber solamente de fierros y cables".

NECESIDAD DE CAMBIOS CURRICULARES. Es importante que lugares como Punta Querandí estén incorporados en la currícula y sean visitados por las escuelas porque es parte de la historia local que aún no es tenida en cuenta en las planificaciones, explica la profesora Lucía Surban. "Es fundamental que la comunidad se apropie de la riqueza histórica y ambiental de la región, para fortalecer nuestro sentido de pertenencia y nuestra identidad".

Surban señala que se subestima a nuestros pueblos: "Hay que revisar los textos escolares cuántas hojas le dedican en comparación con los aztecas, mayas e incas". Y agrega: "Se tiene la idea de que las comunidades dignas de estudiar son las que tenían agricultura, ganadería, y las comunidades más pequeñas, cazadora-recolectoras, no son tenidas en cuenta por más que hayan vivido en el lugar que estamos viviendo ahora".

El director de la Escuela Técnica 2 de Garín, lo explica así: "Como decía (Arturo) Jauretche, se estudian otros lugares y no se sabe lo que está creciendo en el terreno de al lado, cuando eso es muy importante para nuestro acervo cultural".

UN PASEO Y TODA UNA LECCIÓN. El 20 de octubre llegaron al acampe 15 chicos de 8º y 9º grado de la Escuela 16 de Dique Luján (Tigre), junto a la directora y los profesores de geografía e historia. Alberto y Graciela, del MDP los recibieron, hablaron del reclamo, de la cosmovisión indígena y del rescate de las civilizaciones antiguas de Buenos Aires. Luego ingresaron al lugar donde se encuentran los restos: "A medida que los chicos iban viendo los pedazos de cerámica les explicábamos que fueron construidas hace mil años, y fue como un impacto, empezaron a hacer preguntas y cuestionar porqué no estaba protegido el lugar", recuerda Alberto.

"Yo creo que este espacio tiene que ser público, popular, tiene que servir para la gente  y no ser algo de pocos que quieren un mundo muy diferente al que queremos todos", dice a Indymedia el profesor de historia Diego Cuevas. "La actividad no fue improvisada, es una lección paseo parte de un proyecto didáctico que tuvo la aprobación del inspector de Educación",  agrega la directora Cecilia Noumec.

Para Diego, visitar Punta Querandí es "ir a la fuentes, esto es historia, no un papel con tinta", y resalta el valor de "poder tocar, sentir y estar en un lugar importante de nuestra historia". En el mismo sentido, la profesora de música Stella Maris Alve de Cruz afirma: "no tenés alma si estás tocando una pieza de mil años y no sentís que tenés que preservar todo lo que tenemos acá. Es la zona donde vivimos, donde trabajamos y que tenemos que defender".

El pedido a las autoridades es unánime: "que este lugar sea un espacio cultural, los countries ya tienen su terreno, pero este es nuestro", concluye Stella.



Fuente Indymedia

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