El gobierno Colombiano dio una vez más muestras de ser el gendarme de los intereses norteamericanos en la región.
Esta vez lo hizo negándose a plantear la independencia Palestina frente al colonialismo criminal y bloqueo social, económico y militar que Israel impone a su vecino. Habla de que no reconocerá la independencia de Palestina hasta que no pacte la “paz con Israel”. Esto sería posible si el país beligerante fuese Palestina, pero en este caso es al revés: el que posee arsenal militar con capacidad incluso de atentar contra sus otros vecinos es justamente Israel.
Colombia conoce la capacidad militar Israelí porque ha comprado aviones y otros materiales a Israel (el actual presidente Santos negoció su compra en el anterior gobierno), pero más lo sabe porque, como Estado gendarme de los EEUU, protege el enclave geopolítico para dominar el recurso energético a favor del imperio norteamericano. No es extraño entonces que Colombia no busque una solución al conflicto, más bien lo sostiene invisibilizando al otro gendarme regional y expone a Palestina como un “igual militar” frente al expansionismo Israelita.
Ningún comentario merece la mención a la ONU. Esta organización ha quedado obsoleta por su incapacidad para gestionar conflictos: Ni en Haití, ni en Guatemala han logrado incidir seriamente a favor de los pueblos. Organismos como el UNASUR han superado gratamente a la devaluada ONU porque han logrado el respeto a la democracia y sentado doctrina en la autodeterminación de los pueblos. Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador demuestran con los hechos que están dispuestos a discutir la paz, pero es indispensable poner límites al expansionismo de Israel (la decisión suramericana es la frontera de 1967). Seguir esperando de estos últimos la paz es un infantilismo que distrae el genocidio al que está expuesto el Pueblo Palestino.
Es por ello que Israel destinó un 6,9% del PBI (2009) y Colombia un 4,1% del PBI (2009) a gastos militares. Los “pacíficos presupuestos” exponen las prioridades del Estado y Colombia lidera en América latina el porcentaje destinado a las armas (Brasil 1,7, Venezuela 1,3 y Argentina 0,8 del PBI (*) por citar algunos ejemplos). En esto también asemejan intereses y significan amenazas a la región.
La paz que pretende Israel, es la paz de los cementerios, el de la imposición militar y la humillación de todos aquellos que no se sometan a su dictado. El mundo está cambiando de mando, esto Israel y Colombia lo saben, queda cada vez menos tiempo, pero están dispuestos a resistir junto al imperio, su suerte terminara cuando este último comience su derrumbe definitivo o pacte con el ganador de la contienda interimperial.
Jorge P. Colmán
Grupo Jauretche-CTA-FTNyP
(*) Los datos de presupuestos militares son tomados del Banco Mundial.
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