El lunes 10 de enero la Federación Agraria Argentina organizará un “tractorazo” regional en la localidad santafesina de Rufino, que culminará frente a la planta de acopio de la empresa multinacional Cargill, a la que ven como uno de los principales beneficiados con la política oficial triguera. Así amenazó el patroncito de FAA, Eduardo Buzzi, el aliado de izquierda de la “Mesa de Enlace”.
Algún desapercibido podrá decir que es un regreso del ala izquierda de la FAA “cargando contra una multinacional” por los derechos de los pequeños productores rurales, pero no es así. En estos días la FAO esta alertando sobre el aumento record (desde que se hacen las mediciones en 1990) del valor de los alimentos. El máximo anterior habría sido en junio de 2008 con 213,5 puntos, llegando en diciembre de 2010 a 214,7 puntos. Esto tendría consecuencias políticas y económicas inmediatas: el aumento de los precios en el mercado interno y el consecuente control de precios por parte del gobierno nacional para no perjudicar a los sectores más desprotegidos de la sociedad. La lucha por el reparto de la riqueza en países productores de alimentos va a ser feroz y en la argentina la corporación está representada por la “Mesa de Enlace” y su izquierda es la FAA.
La lucha no es entonces contra CARGILL como multinacional, sino más bien por la liberalización del comercio exterior beneficiado por el aumento de los precios internacionales. Esto no beneficia a los pequeños productores, que tienen menos capacidad para acceder al mercado exterior, sino a los grandes productores. El pedido expresa “…la liberación inmediata de los registros de operaciones de exportación (ROE) y la apertura total de las exportaciones de trigo, para obligar a los exportadores y a la industria molinera a competir con el cereal...” (Diario La Nación). Así la izquierda de la “Mesa de Enlace” comienza una disputa interna dentro de los grupos de poder, pero “pidiendo LIBERTAD DE MERCADO”. Poco le importa al patroncito Buzzi si los hogares Argentinos pagan 5 o 10$ el kilogramo de pan, lo importante es “competir libremente”.
El objetivo entonces es pegarle a Guillermo Moreno y lo manifiesta de la siguiente forma: “…Debemos decirlo con todas las letras: si alguna vez existió en la Argentina un pacto Roca - Runciman, que tanto daño le hizo al país, hoy está funcionando un acuerdo Moreno - Cargill. De esto vamos a hablar con el ministro, que ha tenido la buena voluntad de convocarnos al diálogo...”. Más allá de que la comparación histórica es verdaderamente pobre, en aquel momento se benefició al imperio inglés para poder colocar la producción agropecuaria (que había perdido valor en el mercado internacional), en este caso se plantea una regulación de los precios para beneficiar al mercado interno y de esta manera FRENAR LA SUBA DE LOS PRECIOS QUE AFECTARÍAN A LA CANASTA FAMILIAR porque en el mercado internacional ESTÁN SUBIENDO LOS PRECIOS (No bajando como en aquella época).
Podemos discutir sobre quiénes son los que realicen la comercialización y la exportación, que desde mi punto de vista, lo debe hacer una junta reguladora de granos, pero lo que no es materia de discusión para un gobierno popular, es si se libera o no el mercado. La libertad de mercado siempre beneficio a los poderosos, no a los pequeños propietarios y mucho menos a los trabajadores.
Habla de liberalizar, pero poco dice de los 900.000 trabajadores rurales en negro, de la mano de obra esclava y de la explotación infantil. Tampoco habla de la enorme evasión impositiva y los subsidios del cual son beneficiados el sector. ¿Por qué no discutir también el avance de la frontera agraria sobre la propiedad ancestral de los pueblos originarios o el precio de la destrucción de bosques para sembrar soja? De esto ¿Quién se va hacer cargo? Seguramente que ni Buzzi, ni la Mesa de Enlace.
Es que el patroncito Buzzi quiere liberalismo para los negocios y los grandes propietarios de la tierra, pero cuando se trata de responsabilidad empresaria: es un verdadero señor feudal.
Jorge P. Colmán
El problema se sigue leyendo desde la óptica del capitalismo, que aunque se lo llame “serio” no pierde su ferocidad insaciable que mercantiliza y depreda todo lo que toca. ¿Cuánto tiempo de aplicación necesita un sistema econômico, político y cultural para demostrar si sirve o no? Después de 400 años de vigencia de este sistema perverso, más del 80% de la humanidad está por debajo de la línea de la pobreza y la indigencia.
ResponderEliminarHablar de responsabilidades empresariales los para en la misma vereda que el monstruo. Es su idioma, cargado de hipocrecía y eufemismos. Y La hipocrecía es más perversa cuando los que utilizan esos códigos intentan explicarnos que los buenos son ellos. Utilizan o levantan nuestras banderas de lucha para endilgar a otras derechas las responsabilidades del desmonte, el hambre o el trbajo esclavo. Es obvio que el responsable es el Estado y el gobierno como ejecutor de sus políticas.
Nos hablan de recaudaciones, mercados, comercializacion, retenciones, exportaciones, divisas, subsídios y quedan enmarañados en discursos economicistas disfrazados de derechos humanos. No escucho que nos hablen de cambiar el modelo productivo sojero. Nos hablan de seguridad y no de Soberanía alimentaria. No está en el diccionario político del gobierno la palabra campesino, alimentos sanos para todos o la defensa de los derechos de la pachamama. El Hambre es un crimen pero un crimen que nadie paga. Una democracia no puede ser antidemocrática.