Por Lucía Alvites y Ricardo Jimenez
Más de 150 migrantes de todas partes del mundo se encuentran en la isla de Goreé, a media hora en barco de la costa de Dakar, en Senegal, África, desde el 2 y hasta el 5 de de febrero, para cumplir una tarea de resistencia y retorno a la humanidad, para debatir los caminos plurales hacia una alianza mundial de migrantes que permita hacer realidad el irrestricto derecho a circular, residir y trabajar libremente en cualquier lugar del planeta. El instrumento que los convoca es la “Carta Mundial de Migrantes”, una declaración de principios elaborada protagonicamente por los propios migrantes. Iniciativa surgida en una asamblea de “sin papeles” en Marsella, Francia, en el año 2006 y que ha recorrido desde entonces todos los caminos y continentes del mundo, enriqueciéndose, llegando a más de 53.000 personas a través de su página web, y otras decenas de miles en todos los Foros y Cumbres sociales de migrantes a lo largo de estos años.
En el hermoso marco de la pequeña isla de apenas 1.800 metros cuadrados, cuyo alcalde fue parte de la apertura del evento; entre las paredes de piedra, el abundante verde y el piso de blancas conchas marinas del espacio que alberga el encuentro, se dio inicio a los debates con un minuto de silencio en memoria y homenaje a los millones de migrantes asesinados por una regulación migratoria mundial caduca e innecesariamente criminal, perdidos para siempre en mares, desiertos, cordilleras, muros y alambradas, sucumbidos a la explotación, discriminación y abusos. También se recordó a animadores y activistas de la Carta que no han podido estar presentes en esta cita por estar encarcelados en alguno de los cientos de vergonzosos “centros de detención de migrantes” europeos, en algunos casos con sus niños; y otros por estar “sin papeles”, indocumentados.
Durante los dos primeros días se hizo un recuento del camino de la Carta en todas las tierras del mundo, y se refrendaron el grueso de los párrafos del documento. El debate plural y diverso, a ratos apasionado, en medio de las múltiples traducciones idiomáticas, da paso también a los intercambios culturales y artísticos. Para los dos últimos días se espera refrendar por completo el texto de la Carta y construir una Agenda colectiva global para movilizar una amplia alianza mundial de migrantes en lucha por hacer realidad los principios de la Carta.
En el mismo lugar donde funcionó por siglos la “Casa del esclavo”, puerta mundial del impresentable comercio de seres humanos del “civilizado” norte, donde se deshumanizó sin retorno posible a millones de personas, el encuentro mundial de migrantes por la Carta, declara con profunda rebeldía y amor al futuro, el urgente y vital retorno a la humanidad.
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