Por Tankar Rau-Rau Amaru (*)
Con la salida del líder amazónico Alberto Pizango de la lista de Gana Perú, Ollanta Humala ya no tiene nada que ver con los movimientos andino-amazónicos ni con las propuestas de cambio que se viene promoviendo desde las organizaciones sociales. Todo está claro. Ollanta lleva como primera vicepresidenta a Marisol Espinoza, “fabricada”, como Toledo, en Estados Unidos (North Western University de Chicago) para servir a Estados Unidos, y como segundo vicepresidente a Omar Karim Chehade, ex presidente de la Federación Palestina. Del mismo modo, el asesor principal de Humala, el que selecciona a los candidatos al Congreso, es Salomón Lerner Ghitis, ex presidente de la Comunidad Judía y amigo personal de Vladimiro Montesinos. No hay en el entorno de Humala ni kechwas ni aymaras, ni amazónicos. Por tanto, su partido ya no tiene nada de nacionalista sino es un Partido Transnacional (PT).
INVOLUCION
En el 2006 muchos dijeron que Ollanta se había encontrado, sin saber cómo, un maletín con cinco millones de votos. Eso es totalmente falso. Esos cinco millones de votos antisistema no fueron producto de la casualidad: resultaron del trabajo de simpatizantes, militantes y dirigentes anónimos (muchos de ellos reservistas).
Es interesante conocer la involución desde una propuesta nacionalista (febrero 2006) hasta una plancha transnacional (enero 2011). El caso de Apurímac grafica la realidad nacional. En febrero del 2006 se empezó con la búsqueda de firmas para la inscripción del partido. Muchos no creían en el proyecto. No sólo no creían: perseguían o presionaban desde el poder central y regional a los seguidores del nacionalismo. Con el apoyo de simpatizantes y militantes (la mayoría de ellos reservistas) se logra abrir casi cien bases en las comunidades de Apurímac y reunir más de diez mil firmas para la inscripción del partido. Pero las bases sólo llegaron hasta el día de la designación de candidatos al Congreso. Ollanta Humala, seguro de que en Apurímac no hay candidatos capaces, llevó desde Lima un candidato llamado Cayo César Galindo. Este señor no vivía en Apurímac, nunca había vivido allí. No sabía kechwa, la lengua del 90% de los habitantes de esta región, ni conocía la realidad sociopolítica de la zona. No tenía, por lo menos, hijos o ancestros apurimeños para que sienta y trabaje por esta tierra. Por esa misma razón, desde que ganó casi no volvió a esa región ni siquiera para darles las gracias a quienes votaron por él. Esa vez (2006), gracias al trabajo de las bases, Ollanta sacó alrededor de 70% de los votos en Apurímac.
Como protesta a la designación de Cayo Galindo, un insulto al pueblo apurimeño, renunciaron militantes y dirigentes. Por eso en las elecciones regionales y municipales siguientes Ollanta ya no sacó ni siquiera el 30% de los votos. Ahora le va peor: con los candidatos que lleva y la involución de su propuesta no sacará ni el 15%.
RECLUTA
Un militar sabe que una guerra está constituida por un conjunto de batallas. Si un general pierde una batalla (estamos hablando de buenos generales), recoge a sus heridos, junta a su tropa, se repliega y se prepara para la siguiente batalla. En las pasadas elecciones generales Ollanta Humala se portó no como un general de la política sino como un simple recluta. Al perder las elecciones se picó y se desquitó mandando al carajo a quienes, muchas veces sin dormir, recorriendo a pie los pueblos más lejanos, se fajaron por él buscando firmas y haciendo campaña. Y no sólo dio una patada en las cuatro letras a sus soldados y suboficiales (militantes y dirigentes), sino también abandonó a sus oficiales heridos (candidatos). No fue, digamos, un estratega. Tenía que aprender de las derrotas y ser un buen candidato en estas elecciones. No ha aprendido. Se ha movido hacia el centro obedeciendo a sus asesores brasileños, en vez de pelear los votos antisistema y rodearse de candidatos antisistema. Sigue improvisando y rodeándose de improvisados, poniendo de comandantes a conocidos generales enemigos.
PREGUNTAS PUNTUALES
Ahora que estamos en época electoral, sería bueno que el candidato “nacionalista” responda algunas preguntas para aclarar las dudas de las personas que todavía le siguen: ¿Ollanta sabe que los asesores brasileños que digitan su campaña están preparando la entrega de importantes extensiones de Madre de Dios y Puno al Brasil con el cuento de “proyecto Inambari”? ¿Sabe que su proyecto político “sin calco ni copia” no es otra cosa que la versión chicha del plan de un ex presidente carioca? Con la presencia de Lerner Ghitis en su entorno, ¿nos quiere demostrar que está de acuerdo con los símbolos de sometimiento que se exponen en la puerta de Palacio de Justicia (dos cóndores andinos humillados, con la mirada al suelo, dando pleitesía a dos leones de Judá)? ¿Acaso no dijo Ollanta alguna vez que admiraba a Arguedas (el cóndor sobre el toro, picoteándole el lomo: la cultura andina sobre la judeo-occidental)?
Algo más: ¿qué le hicimos los más de 300 mil mineros artesanales del país para que nos declare una guerra abierta al colocar en la lista de candidatos a Lima a un radical representante de las multinacionales de la minería (Edgar Villanueva), precisamente aquel que en el 2006, cuando los reservistas recorrían los pueblos más alejados buscando firmas para el Partido Nacionalista, desde el Congreso llamaba “aventureros” a los hermanos Humala?
HUMILLACION HISTORICA
Keiko, Ollanta, Castañeda, Toledo y Kuczynski (los que pasarán la valla electoral) son harina del mismo costal: representan a las oligarquías que saquean a nuestro país en connivencia con las transnacionales.
Esos grupos, como menciono en mi libro Allin kawsay y el poder en el Perú, han dividido el país en partidos de izquierda y derecha pero, en alianza con las transnacionales, manejan a los dos brazos así como el jinete maneja a un caballo y sacan provecho económico con el cuento de “democracia”… En lo militar, las Fuerzas Armadas ya no son garantía de soberanía. Los cuarteles y los aeropuertos están en venta y las Fuerzas Armadas (desarmadas y humilladas, con oficiales pusilánimes) han perdido capacidad de reacción… En lo “mediático” (Medios de Difusión Masiva, MDM), la manipulación se ha convertido en una práctica cotidiana. No hay libertad de expresión. Los MDM no cumplen su función: defender la verdad y los intereses de las mayorías. Se han convertido en mercenarios al servicio de intereses particulares… En lo laboral, no hay trabajo en el país, sólo cachuelos. 150 mil peruanos se van del país todos los años, lo mejor de nuestra Juventud, en busca de porvenir porque aquí no hay sitio para ellos. Los pequeños empresarios son asfixiados con impuestos antitécnicos, mientras las multinacionales tienen privilegios… En lo educativo seguimos siendo un apéndice del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas fórmulas "educativas" tienen como fin formar personas para la dependencia y no para la libertad. El FMI dice en la carta de intención que firmó con Fujimori que sólo debemos destinar el 3% de nuestro Producto Bruto Interno (PBI) a la Educación. Eso es condenarnos a la eterna miseria. Sin una buena educación, no podremos hacer nada en ésta, así llamada, "Era del Conocimiento". Y lo peor es que seguimos pagando la "deuda externa" (¿eterna?) al FMI. No hay justificación jurídica ni moral para seguir pagando una deuda fraudulenta que ya se ha pagado múltiples veces. Estamos pagando puntualmente las moras de las moras, los intereses de los intereses, condenando a las actuales y futuras generaciones a la miseria completa. ¿Reforma de la Educación con el 3% de nuestro PBI? ¿Aumento de suelditos? ¿No son acaso bromas de mal gusto? Los profesores no se capacitan porque tienen que trabajar en dos o tres sitios para llevar un pan más a su casa. Los colegios no tienen buenas carpetas, ni libros, ni laboratorios. Ni hay casi investigación científica en las universidades, que se han convertido en fábricas de desocupados.
Algo más: no sólo nos han robado el territorio y nuestro derecho al cambio, sino también nos han arrastrado a la dependencia total. A pesar de que contamos con recursos naturales desde el mar hasta la selva, a pesar de que tenemos de sobra para pertenecer al llamado "Primer Mundo", el país se encuentra en una situación límite dando vergüenza en el concierto internacional, viviendo, humillado, de la caridad del Primer Mundo (donaciones) o construyendo infraestructura improductiva con préstamos del BM y del BID que serán pagados por nuestros hijos y nietos.
Casi todo lo que comemos viene de fuera: el trigo (derivados: pan, fideos), maíz amarillo que sirve para alimentar a los pollos, los lácteos, soya, carnes, mantequilla. Se importa el 95% de las armas que utilizan nuestras Fuerzas Armadas (aviones, helicópteros, barcos, fusiles, tanques). Los bienes de consumo duraderos (refrigeradoras, televisores, celulares, lavadoras, muebles, autos). Los insumos para las actividades económicas (combustibles, lubricantes, materias primas para la agricultura y materias primas para la industria). Los bienes de capital (equipos de transporte y maquinaria) y los equipos necesarios para actividades económicas (tractores, máquinas para extraer mineral, camiones, ómnibus). Zapatos, ropa, juguetes, medicinas.
En resumen, ¿qué sabemos hacer? NADA. Ésta es una humillación histórica, por dejar el país en manos de una "clase dirigente" sin capacidad de conducción.
Dicen que avanzamos. ¿Hacia dónde avanzamos? Hacia la dependencia total. De país rico en todo, estamos camino a la "africanización" (con generaciones de desnutridos, semianalfabetos y enfermizos, ¿podremos garantizar “el bienestar del mañana” o competir en el contexto internacional?). En las calles de las ciudades hay mendigos de todas las edades, desocupados, trabajadores sin estabilidad laboral, vendedores de caramelos por miles, profesionales haciendo taxi, ancianos abandonados, delincuencia, corrupción generalizada en los estamentos estatales. Y si van a las zonas rurales se darán cuenta que la miseria se contradice con los datos maquillados de los gobiernos.
¿Y cómo es que, siendo cuna de la Civilización del AllinKawsay, llegamos tan bajo? Obedeciendo imposiciones en unos casos, o imitando -y mal- todo lo que viene de fuera.
En conclusión, existe un orden político que se basa en partidos nacionales que se han repartido el poder, partidos creados por una casta encomendera cuya única aspiración es controlar todos los poderes para acumular riqueza; y del otro lado, movimientos locales y regionales peleando por cuotas mínimas de poder. Hay orden político, que se sostiene con el poder de las armas y del dinero, pero no hay armonía política ni respeto por la vida.
Existe un orden económico disfrazado de "logro", donde una pequeña casta sigue manejando el poder económico con preferencias tributarias, políticas y legales escandalosas, que se resume en la acumulación de la riqueza en pocas manos; y del otro lado un conjunto de pequeñas y microempresas peleando el mercado con las transnacionales. Ese orden se sostiene mediante la manipulación a través de los MDM y la represión, pero no hay armonía económica ni respeto por la vida.
Existe un orden social con mucha tensión, con una minoría que vive en espacios cerrados y vigilados con todas las facilidades (alimentación, seguridad, agua, desagüe), y una mayoría sin los servicios básicos, que vive en condiciones infrahumanas. Ese orden se sostiene con el asistencialismo, la mentira y con promesas de una vida mejor en un sitio llamado “paraíso”, pero no hay armonía social ni respeto por la vida.
Existe un orden legal, con miles de leyes que, supuestamente, nos llevarán al muy esperado desarrollo y progreso, pero, analizándolo bien, esas leyes fueron hechas sólo para las castas encomenderas.
No hay armonía entre el runa y la Naturaleza. No hay equilibrio entre los poderes. En este estado de cosas, es insostenible la convivencia armónica. Para que lleguemos al AllinKawsay (la nueva ingeniería social), precisamos de un nuevo Pachakuti, y eso debe empezar con una nueva Constituyente.
PACHAKUTI
Si no varía la tendencia en las encuestas, tendremos más de lo mismo: no habrá nueva Constituyente y, por tanto, no esperemos cambio en los próximos años. Seguirán el saqueo del país, las palizas contra los débiles, comuneros asesinados, dirigentes perseguidos, pobres por miles, la falta de trabajo. Con este panorama por delante nos queda a las organizaciones sociales modificar nuestra estrategia y táctica.
Si Pachakuti es ruptura total con el pasado negativo y con el “orden establecido” (opresor), el PachaKuti que pondrá fin a esta civilización de la muerte se producirá en cierta paz, o será doloroso. Será pacífica si la Sociedad ha alcanzado un alto nivel de conciencia y madurez, de lo contrario será violenta. Las organizaciones tenemos la última palabra. Mientras tanto, debemos armar ya el gabinete en la sombra que se vino preparando desde hace dos años.
(*) Periodista y escritor. Secretario de Prensa de la Confederación Nacional de Pequeños Mineros y Mineros Artesanales del Perú. Autor de los libros Entre dos fuegos, Apaga las velas, Ojos de Rocío y otros cuentos, Allin kawsay y el poder en el Perú, y Crónicas del socavón. (tankar2@hotmail.com)
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