martes, 14 de septiembre de 2010

¿A quien hay que educar en la ciudad?

La estrategia macrista, ante su desastrosa gestión, sigue la tira cómica de Bart Simpson del niño “yo no fui”. Su candidata a intendenta Michetti, su ministro de educación Bulrich y el mismo Mauricio Macri siguen firmes en su postura de culpar a otros por sus propios errores, amparados por la formidable corporación de medios que los encubren.

El ministro dice no querer “piqueteros en las escuelas”. Más allá de que en su boca, el “piqueteros”, es un “insulto” de clase, denostar a quienes ejercen el legítimo derecho a protestar es un verdadero insulto a quienes deben demostrar un sano conocimiento de la preparación ciudadana. El ministro parece desconocer la pedagogía y el correcto trato con adolescentes, los exacerba, los enfrenta, generando un espacio creciente de crispación que difícilmente solucione el problema.

La precandidata del PRO para suceder a su Jefe, Gabriela Michetti, deja salir su ser en Twitter respondiendo a la ciudadanía que “nosotros no lo rompimos”, lo cual creemos, pero se expone fuera del problema, cuando ellos son los conductores de la política educativa en la ciudad. Excusarse diciendo que ya ejecutaron un poco más del 50% del presupuesto indica la incapacidad para gestionar porque nos estamos acercando al fin de año y se están subejecutando los presupuestos para el área.

El gobernante de la ciudad sigue sin comprender para que fuera elegido en el cargo. Su respuesta al conflicto diciendo que “no charlamos con autoritarios” es no comprender que está tratando con adolescentes, que correctamente reclaman por sus derechos y no son cadetes de la empresa a los cual va a despedir. La acumulación de muertos por negligencia administrativa, corrupción y conflictos sin un horizonte de solución, son un mal presagio de lo que podría ser si fuese presidente de la Nación.

Su convicción por la empresa privada es determinante en materia de gestión educativa. Su postura, enmarcada en el pensamiento neoliberal, entiende que la educación es un negocio y el Estado ineficiente para cumplir el objetivo de calidad educativa. Los montos de subvención a la escuela privada es escandalosa, las siguientes escuelas reciben subsidios y cobran las siguientes cuotas:

San Columba                                    648$
Inst. Summa                                      733$
Esclavas del Corazon de Jesus  1.189$
Esc. Mekhitarista                           1.616$ (*)

En síntesis, los premios y castigos están a la vista, los empresarios en política no dejan de pensar como empresarios y su vocación por la construcción de ciudadanía depende de cuánto se tiene en los bolsillos.

JORGE P. COLMÁN

(*) Fuente nota diario Tiempo Argentino PINCHE AQUÍ investigación realizada por la Asociación civil por la Igualdad y la justicia.

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