Crónica: juicio a Patti, Bignone, Riveros y Meneghini (audiencia del 21/10/2010)
“Tener cadáveres NN es la cosa más normal del mundo”, dijo el represor Luis Abelardo Patti cuando era Intendente de Escobar y en el cementerio de esa localidad se encontraron cuerpos no identificados ni registrados en los libros. Tiempo después, se comprobó que pertenecían a militantes políticos desaparecidos. Entre ellos estaba Gastón Gonçálves.
“Había lugares sin sepultura, sin una flor, sin una cruz: me llamó mucho la atención”. Así fue cómo Patricia Achu, trabajadora del cementerio de Escobar, empezó el camino que ahora la llevó a ser testigo en el juicio oral y público a Luis Abelardo Patti. Esa investigación fue fundamental en la Causa, ese debe ser uno de los motivos de las constantes amenazas de las cuales es víctima, al igual que su familia. Pero ella tomó la decisión de ser valiente y dar testimonio en este juicio histórico: “me hice carne de esto”.
Patricia trabajó en ese cementerio entre 1995 y 1996. Un día, dentro de lo normal de su labor, debió participar en la exhumación de un cuerpo. Pero sucedió algo inesperado: aparecieron cadáveres. Debajo del cuerpo de un hombre, enterrado ahí por su familia, pudieron ver restos óseos. Movieron un poco la tierra y la verdad brotó: “tenía las zapatillas puestas y no había ningún cajón ni anotación en los libros”. Así empezaron a volver los desaparecidos de Escobar. Comenzaron a aparecer restos de cuerpos, algunos calcinados. Ese fue el caso de Gastón Gonçálves.
En su testimonio, Patricia, dio información detallada del modo de funcionamiento del cementerio, de las irregularidades cometidas, de las denuncias que hizo, de las persecuciones que sigue sufriendo. Su hallazgo es una bisagra fundamental en esta Causa: con ella se pudo demostrar que los cuerpos habían sido enterrados ilegalmente y que Patti, acusado de participar en los secuestros, torturas y asesinatos, ya bajo el paraguas de la impunidad de los años 90 y en su cargo de Intendente electo de Escobar, quiso seguir ocultando las pruebas de sus crímenes. Pero la verdad vuelve, está en todas partes. Y cuando se cruza con valientes como Patricia, se hace Justicia.
En la misma jornada también declaró un bombero, luego gendarme, que el 2 de abril de 1976 participó del operativo para apagar la quema de los cuatro cuerpos que fueron calcinados y luego enterrados como NN. Albornoz dijo que nunca había visto algo así: una montaña de neumáticos y cuatro cadáveres irreconocibles. “Fue lo peor que vi en mi vida. La ecuación era lógica: el fuego se usó para eliminar huellas, para hacer desaparecer”.
Sólo uno de los imputados escuchó a los testigos: Juan Fernando Meneghini, el entonces comisario de Escobar. Los demás, Santiago Omar Riveros, Luis Abelardo Patti y Reynaldo Bignone estaban en la Sala contigua. En la primera fila de la Sala, como cada audiencia, estaban las fotos de los desaparecidos. Fue la imagen obligada para los policías que custodian el lugar: durante horas recorrían los rostros de las pancartas.
Unas filas más atrás estaban Manuel y Gastón Gonçálves, escuchando los testimonios sobre su padre, amuchados con sus compañeros y familiares, abrazos a la verdad. Pero como muchos hijos de desaparecidos, Gastón dio su testimonio de lo irreparable: “Contento estaría si mi papá estuviera vivo”.
Síntomas de un ex juez al servicio de la impunidad
Alfredo Bisordi, ex juez de la Cámara Nacional de Casación Penal y actual abogado defensor del represor Luis Abelardo Patti desafió a la jueza que preside el Tribunal Oral y Federal de San Martín, Lucila Larrandart. Luego de que se anunciara un receso durante la audiencia, Bisordi le gritó: “Sé lo que es un juicio oral: fui su superior”.
La frase, que podría haber sido de alguno de los imputados, fue gritada por quien defiende a Patti, quien está siendo juzgado por allanamientos ilegales, secuestros, tormentos y el homicidio de Gastón Gonçálves, cometido en 1976.
CRONICA realizada por H.I.J.O.S.
CRONICA realizada por H.I.J.O.S.
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